
«Por suerte, sin embargo, la enfermedad se tiene en una alta consideración entre las cosas de las que debería uno ocuparse, y nuestro hombre, ahora, tiene un nuevo interés en la vida. El resto de su personalidad se convierte, cada vez más, en segundo plano para poder gastar el interés en su cuerpo. El cuerpo y la mente se conocen por fin y el individuo habla entonces de “mis migrañas, mi asma, etc.”. La enfermedad es la situación inacabada por excelencia. Solo puede resolverse con la muerte o con la curación.» PHG, Vol.II, Cap.3.
Imágen de la artista Susana Guerrero