
EL CAMBIO
«No hay que confundir cambiar, con adaptar, sustituir, renovar que no serían más que una simple apariencia, un cambio de indumentaria.» Ángel Gabilondo
Todo cambio incluye un debate más o menos explícito de lo que permanece (función personalidad). Y ahí radica una nueva serenidad, que no es la de ninguna satisfacción (la satisfacción absoluta es la muerte-de la curiosidad etc).La mera adaptación (ajuste) no es un cambio, es más, es la que permite constatar los límites de todo cambio posible. La función personalidad es el límite.
El cambio efectivo no es tanto un acto como una acción y ello comporta un modo (forma) de proceder (a nosotros nos corresponde describirlo).
Todo cambio requiere que nos incluyamos. Salvo que nosotros, con lo nuestro, pretendamos ser precisamente la estabilidad (lo que permanece) y garantiza los cambios ajenos, la atalaya fija, el lugar de referencia, la garantía, el punto de mira de la autoridad que juzga y valora. Conviene por lo tanto englobarnos, implicarnos, y vernos en la situación y a la distancia de ser concernidos y, de sentirnos afectados. Resulta difícil ética y estéticamente poder decir que nuestro cliente ha cambiado sin que nosotros podamos decir lo mismo.
La (psicoterapia) propone cambios, decisivos, transformadores. Sin embargo, no han de darse demasiado por supuesto en qué consisten, ni en qué sentido ni con qué alcance. A no ser que haya quienes ya se las sepan todas y ya hayan elegido, decidido y preferido lo que nos haría falta. (…) para que el cambio se produzca habrá que ir pensando en no desviar o desplazar todo discurso o propuesta en una dirección que no nos concierna.
Implicados como estamos en esa mutación, venimos a ser otros. Es en lo que consistimos.
“El trabajo terapéutico no consiste, ciertamente, en eliminar sea lo que sea de paciente, en quitarle algo, ya sea su síntoma o su sufrimiento. El trabajo terapéutico consiste en darle algo más, en permitirle que se vaya, con algo de más , de tal manera que, gracias a este algo de más, pueda no tener necesidad ya de un determinado número de elementos de su experiencia y de sus fijaciones, que se los quite incluso sin necesidad de haberse centrado deliberadamente en eso”. Virginia Satir
En Terapia Gestalt, el cambio que nos interesa es aquel que va a conducir a una persona a constatar , a posteriori ( o en el mismo instante) que su experiencia es espontáneamente diferente de aquella que ha podido tener en situaciones anteriores similares, sin que esta experiencia diferente haya podido ser previsible.
Así el cambio que podemos llamar “psicoterapéutico” es aquel en el cual el cliente constata haber tenido una experiencia diferente, una transformación en su “vida” concerniente a un tema o una situación que nunca ha sido tratada o prácticamente no ha sido abordada en terapia.
Por tanto, como recomendación, tenemos que ser más prudentes cuando la diferencia concierne a un aspecto de su “vida” abordado frecuentemente y con detalle.
Que la terapia haya terminado significa que ha dejado de ser interesante para ambos