LAS EVIDENCIAS
Todo trabajo de pre contacto requiere prestar atención a lo que denominaremos evidencias. Cuantas menos evidencia, mejor. Las evidencias suele tener que ver con lo conocido (y por tanto difícil de reconocer) y suelen darse por supuestas por paciente y terapeuta, de modo que no se las interroga, cuestiona, clarifica, afina, refina… Las evidencias nos remiten al mundo de la confluencia, de ahí la importancia de interrogarlas para ver de qué están hechas.
En un primer momento habrá evidencias que se interrogarán y otras puede que por pereza o por no dispersar la figura, no, y otras de las que no nos daremos ni cuenta (porque coincidirán con las evidencias del terapeuta).
Estar “demasiado cerca”, demasiado implicado, puede ser percibido como una invasión, de modo que aunque el trabajo terapéutico será crear situaciones de alta intensidad también es importante no rebasar determinado límite.
La técnica terapéutica incluirá la frustración y el apoyo. Frustración de su sistema neurótico a tiempo que se apoya el contacto para que encuentre formas diferentes de funcionar en el mundo.
Trabajar de manera precoz la excesiva confianza con el terapeuta durante el pre contacto (como posible formación reactiva).