
«Haer lo que no tiene palabra es muy difícil. Casi improbable» Ángel Gabilondo
La palabra, el lenguaje con el que nombramos nuestro mundo, lo que nos rodea, nos define a la vez que define a l@ otr@.
Será por esto que cuando ponemos palabras a nuestros pensamientos, a nuestras emociones las consideramos verdades que adoptan así, como por arte de magia, la categoría de inmutables.
Y como Nietzsche decía «Cuanta dosis de verdad es capaz de soportar una persona».
A veces vamos un poco más lejos y «nuestras verdades» adquieren categoría de certezas, de conocimiento seguro y claro sin miedo a equivocarnos.
Las palabras son condensados de pensamientos que nos dan indicios de por dónde dirigir nuestra conducta. Como dice Gabilondo, si nos falta las palabras no nos encontramos .
Quizás para no perderse y mantener cierto equilibrio mental, James Joyce autor de Ulises, utilizó como herramienta escribir. Además mantuvo una relación muy especial con el lenguaje, a veces una palabra lo atormentaba durante horas descomponiendola fonema a fonema alteraba y buscaba combinaciones infinitas hasta quedar reducida al balbuceo preverbal de los bebés. Como explica José María Álvarez, psicólogo clínico y psicoanalista.
Aquello que no nombramos no existe y persiste e insiste para existir. Nombrar, poner palabras, es existir para un otr@. Nos dice Jean Marie Robine, psicólogo clínico y psicoterapeuta gestalt.
En nuestro libro fundacional, «Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento de la personalidad humana» (PHG), dedican un capítulo a la verbalización y poesía donde pretenden desmontar la dicotomía neurótica «Poesía” y “Prosa”. Plantean que lo contrario a la verbalización neurótica es el habla variada y creativa; no es ni la semántica ni el silencio, es la poesía.
La verborrea (parloteo incesante) nos distrae de la necesidad orgánica en lugar de ayudarnos a concentrarnos en ella. «La poesía, es decir, el arte de hablar de manera expresiva, consiste en la habilidad para mantener una silenciosa consciencia inmediata de las necesidades, de los sentimientos, de los recuerdos, al mismo tiempo que las palabras se van abriendo camino; de esta forma, en lugar de ser un estereotipo banal, las palabras cuando se pronuncian están plásticamente adaptadas a figuras plenamente experimentadas. Estas palabras expresan lo que ha empezado siendo no verbal». PHG
No se trata de convertirnos en poetas si no de ser conscientes de nuestras necesidades, sentimientos, pensamientos… para transformarlas en «palabras de pleno contacto’.
«El objetivo de la psicoterapia es ayudar a los clientes a “transformar su palabra en poesía, su andar en danza”. Isadore From, miembro del grupo fundador de la Terapia Gestalt
Equipo PiN
Imagen, © Chema Madoz