La semana pasada compartimos con vosotras y vosotros que estaríamos en Granada con el segundo ciclo de formación que el Centro Defabula realiza con el CTP de Madrid.
Llegar a Granada siempre resulta una experiencia grata, es una ciudad donde se respira el ambiente estudiantil, el influjo de la Alambra lo inunda todo y además nos acompañó la luna que lo dejaba todo más a la vista. Si a todo esto añadimos los cuidados de nuestra anfitriona, Erika, todo nos hacía presagiar un buen fin de semana.
El sábado a las 9,30 llegamos a Defabula, un espacio desconocido hasta ese momento, por nosotros y poco a poco fueron apareciendo las 14 personas que conformaban el grupo. Desde el primer momento recibimos de ellos sus deseos de conocernos, de saber de dos formadores discípulos de Jean Marie Robinne, curiosidad por nuestro estilo personal de hacer como terapeutas, de tener a un hombre como formador, de tener a dos formadores juntos. Y con toda esta novedad en el campo, con toda la excitación movilizada por estos deseos y la nuestra, el ello de la situación estaba en movimiento.
Ha habido momentos de intimidad, de risas, conflicto, agresividad, ternura que han ido enriqueciendo el fondo y con ello energetizando las figuras que hemos ido co-creando, encontrando así en sentido de escuchar el silencio.
Hemos disfrutado con el grupo, nos hemos sentido vistos y reconocidos por todos.
Y así llego el momento de la despedida, era domingo y tras 15 horas de formación un poco de cada uno de ellos y ellas han pasado a formar parte de nuestro fondo de experiencias, enriqueciendo nuestro saber hacer como terapeutas y formadores.