
«… Lo que corrientemente se llama “seguridad” consiste en agarrarse a lo que ya no se siente, rechazando el riesgo a lo desconocido que implica sumergirse en la satisfacción, e instalarse en la desensibilización y en la inhibición motora. Es el miedo a la agresión, a la destrucción y a la pérdida, lo que desemboca, naturalmente, en una agresión y una destrucción no conscientes dirigidas tanto hacia dentro como hacia fuera… El estado de seguridad no tiene interés, pasa inadvertido; y la persona segura nunca es consciente de ello, sino que siente siempre que puede arriesgarlo y le va a salir bien.» PHG, Vol.II, Cap.1.
Imagen de la artista Lluna Gonzálvez, fotógrafa.