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«Perdido en la situación” de Pedro Olmedo
Publicado en Cuadernos de Gestalt. Número 4: Diciembre 2013
SINOPSIS DEL ARTICULO
«El campo podría llegar a ser una abstracción cósmica»
M.Vincent Miller
Este artículo tendría que haberse llamado «perdido en la traducción». Perdido en la traducción de la práctica clínica a la teoría de la Terapia Gestalt, perdido en la traducción de ser terapeuta a la de escritor, estar perdido en la traducción de un lenguaje individualista, que todos compartimos culturalmente a un lenguaje de campo, estar perdido en la traducción de un lenguaje «en el campo» a uno «de campo» y del concepto campo al de situación.
Este artículo está escrito desde mi necesidad por «ver» con más claridad la aplicación en la práctica del enfoque «de campo» que recoge la Teoría del Self enunciada en el libro fundador de la Terapia Gestalt.
Jean Marie Robine ha encontrado una posibilidad de concretar este concepto tan complejo que me permitiría acercar más la teoría a mi práctica clínica: es el concepto de «situación» psicoterapéutica. En el presente artículo la «situación» psicoterapéutica sería un forma especial del «campo» compuesta por dos personas, que es la forma más habitual y también más sencilla de entender el proceso del self en el campo.
Con el fin de distinguir el planteamiento individualista del planteamiento de campo Robine realiza una distinción entre psicoterapia-a-uno y psicoterapia-a-dos, que recojo en el presente escrito y que en mi opinión ayuda a «ver» este suceder del self .
Animado por algunas intervenciones psicoterapéuticas que me parecían bastante representativas del paradigma de campo, desde esta perspectiva Robiniana de situación psicoterapéutica, empecé a trabajar el presente artículo con la idea de poder poner por escrito la relación entre su teoría con mi práctica diaria y lo que había sentido al poder darme cuenta de ello.
Ahora percibo que la tarea es demasiado grande. Estoy perdido. Perdido en la situación. Perdido en esta experiencia que se está constituyendo y que me constituye mientras tecleo el ordenador. El deseo de poner por escrito lo que creo haber entendido y practicado, la Xª Conferencia acechando, la invitación de Carmen, mi egotismo, mi necesidad de mostrar lo que sé o que se vea lo que desconozco, el miedo a que no surja nada, mi nuevo escritorio, mi nuevo despacho con sus estanterías, el último libro de Jean Marie Robine, mis experiencias con mis pacientes, mis digestiones teóricas, mis carencias, mi angustia, mi sensación de obligación, es verano, estoy de vacaciones, hace calor. Todo esto es lo que soy consciente que es «lo dado» en esta situación.
(Artículo completo en la revista)