Reencuentro con Vicent Miller.
La primera sensación al entrar a la sala y ver de nuevo a Miller fue, este hombre ha hecho un pacto con el diablo, lo veo mucho más joven que hace 12 años cuando lo conocí.
Pasado este primer impacto y comenzar a escucharlo me di cuenta que su sentido del humor seguía intacto, y si cabe mucho más agudo con el paso de los años.
Nos habló durante el fin de semana de cómo para él pensar la terapia gestalt desde la concepción temporal, idea esta que no tiene nada que ver con el tiempo que marca el reloj, le ha ayudado a explicarse y entender mejor la neurosis del ser humano.
De lo que me quedó claro es como al contactar con el hecho de que somos seres finitos cambia totalmente nuestro estar en el mundo. Hablar de temporalidad es hacer referencia a la muerte, al amor, el dolor, la tristeza, la decepción, la esperanza.
Otra idea que me quedó rondando en la cabeza tiene que ver con el hecho de que la Terapia Gestalt se define en términos estéticos. Para Miller los pacientes son los artistas y nosotros como psicoterapeutas somos críticos de arte, preguntamos al artista a cerca de su obra, si está a gusto con ella, si es realmente lo que quiere, si podría ser de otra manera. El paciente, artista, inmerso en la creación de sus experiencias.
Ha sido un placer poder escuchar a un viejo sabio, a un pensador de la Terapia Gestalt, que intenta ir un poco más allá y desplegar un concepto clave nombrado en los inicios del PHG, la temporalidad y con ella el contacto, concepto nuclear.