Destellos Clínica Gestáltica. Interpretar

Antes necesitábamos generar la transferencia para poder interpretar y ahora interpretamos para poder generar la transferencia.
Imagen, obra de la artista Ester Aragonés-La fera al fang
Destellos de Clínica Gestáltica. Preguntar

La clínica requiere de hacer y mantener las preguntas (esto amplia de manera infinita las respuestas). La curiosidad por encima de la vanidad individual.
Fotografía, Lluna Gonzálvez
Atmosferas Sélficas. Desafiamos el sistema

La Terapia Gestalt.
Políticamente incómoda
Jacques Lacan decía que el discurso capitalista es “locamente astuto, pero destinado a estallar».
Es un discurso que aboga por un modelo individualista. Pura competencia que superar para conseguir aquello que quieras y lograr la supervivencia.
Como psicoterapeuta Gestalt he tenido que hacer una elección; estar con la enfermedad desde una atalaya de saber y poder, poniendo etiquetas y dando recetas o estar con la persona que sufre desde una posición igualitaria y de incertidumbre creativa.
La primera opción es limpia, aséptica. La segunda te lleva al barrizal y te salpica hasta las pestañas.
Frente a la propuesta individualista del: «sálvese quién pueda», la propuesta de la Terapia Gestalt: «une más perder juntas, que ganar por separado».
La terapia Gestalt es social o no lo es, somos en plural o no somos. Intervenimos para desafiar el sistema no para contener el malestar social.
«Mantener la sociabilidad en tiempos de crisis, enfermedad o con cualquier limitación, precisa de UN OTR@ que se comprometa.» Equipo PiN
Imagen: «El abrazo» de Juan Genovés, 1976
No me esperes despierto. X

X.
En las ranuras
si te acercas, me verás.
Ahí estaré.
No verás tú recuerdo
No escucharás mí voz
Ahí seguiré.
Un dulce aroma
inundará el espacio.
Ahí me encontrarás.
Equipo PiN
Destellos Clínica Gestáltica. Sufrimiento

La clínica no es saber lo que tiene una persona (etiqueta del DSM, CIE…), sino saber lo que le pasa (qué le hace sufrir a esta persona en concreto, qué lo tiene así y no de otra manera).
Fotografía, Lluna Gonzálvez
Atmósferas Sélficas. Llorar

LLORAR NOS DA LA VIDA
Las plañideras eran esas mujeres que eran llamadas para llorar en los entierros. La palabra deriva de plañir, o lo que es lo mismo, gemir, sollozar o llorar. Se entregaban a la húmeda tarea de recordar las virtudes y querencias de la persona muerta.
Por un lado, solemos reconocer lo bien que nos viene una buena “plorera” y, por otro, hay una gran resistencia social a considerar el llanto como un elemento fundamental en la adaptación a los cambios que suponen pérdidas. Aún a sabiendas de que todos los cambios suponen pérdidas.
Si lo pensamos con detenimiento lo que nos da la vida no es el nacimiento, si no el llanto inmediatamente posterior que pone en funcionamiento todo el complejo sistema que llamamos organismo o cuerpo humano. «Llorar nos da, literalmente, la vida.»
Retener el llanto exige una energía muscular de contención brutal. También requiere un enorme gasto de energía psicológico. Cuando lloramos liberamos toda esa energía contenida y damos la posibilidad de ponernos, de una vez, manos a la obra con lo que es necesario hacer. Si nos retenemos una y otra y otra vez, toda la energía necesaria para “hacer” se nos va en “no hacer” en “NO llorar”.
Lloramos lo que no podemos decir, lo que no tiene palabras para ser dicho en un momento determinado. Pero que no tenga palabras no significa que no pueda ser entendido por otro.
Lloramos para comunicar aquello para lo que el lenguaje no tiene significantes.
Quizás la gente diga que: “ hay que llorar pero que mejor que no me vean hacerlo”. Puede que físicamente no estés en contacto con nadie mientras lloras, pero casi seguro que en vuestro pensamiento hay alguien. Y es que sólo las personas profundamente deprimidas lloran en total soledad. Las demás lloramos “en compañía” física o mental con alguien.
«Así que lloremos y tiremos para adelante.» Equipo PiN
Fotografía: ©️ Lela Beltrao
Destellos Clínica Gestáltica. Fallos

«Sabemos muy bien por la experiencia analítica que es un fracaso: es una de las formas del acierto.» Lacan
Imagen: Lluna Gonzálvez
Destellos Clínica Gestáltica. Preguntad

Es mejor mantener las preguntas abiertas, mantener la curiosidad que precipitar la respuesta y el diagnóstico.
Fotografía: ©️ Lluna Gonzálvez
Atmósferas Sélficas. La Angustia

La ANGUSTIA
Compañera » Vital»
«La angustia cómo tiempo de espera para la constitución del deseo.» José María Álvarez, Psicólogo Clínico Psicoanalista
Siguiendo a los estudiosos de la psicopatología podríamos decir que la angustia es consustancial al ser humano. La ANGUSTIA acompaña la existencia misma.
La angustia ha sido asociada por los existencialistas a conceptos como libertad, responsabilidad, esperanza, muerte, miedo a volverse loc@, la nada…
La angustia es distinta del miedo. El miedo es miedo a “algo”, la angustia es miedo a “nada” a “la nada”. La angustia no es por ningún motivo concreto, ni de ningún objeto externo, es miedo de uno mismo, de nuestras decisiones, de las consecuencias de nuestras decisiones. Es la emoción o sentimiento que sobreviene con la conciencia de la libertad: al darnos cuenta de nuestra libertad nos damos cuenta de que lo que somos y lo que vamos a ser depende de nosotros mismos, de que somos responsables de nosotros mismos y no tenemos excusas; la angustia aparece al sentirnos responsables radicales de nuestra propia existencia.
M. me explicaba de esta manera su sufrimiento: «Quiero llorar, enfadarme, gritar, moverme, pero no este malestar que me ata a una cama ( literal). Esta mierda de angustia que se pone un disfraz de agotamiento. Que se instala en mi estómago y en mis pensamientos. Que me limita, que me ordena lo que tengo que hacer.»
Como psicoterapeutas sabemos que aquello capaz de destruir el statu quo puede causar miedo, interrupción y angustia, qué suele ser proporcional al grado de rigidez neurótica de cada persona. El sufrimiento y el conflicto generados son necesarios y nos dan pistas del sentido qué la nueva figura qué emerge tiene para la persona.
La angustia, consustancial a la condición humana, podemos acompañarla para comprenderla. No hay nada que siente mejor a quién se angustia qué poner palabras a la oscuridad, a la nada. La angustia es la realidad de la libertad como posibilidad, la angustia es el vértigo de la libertad, la nada engendra angustia.
La angustia, cuando se concreta en un miedo permite pasar a la acción y la primera disminuye.
Como se sale de la angustia, pasando de ser objeto de deseo a ser sujeto de deseo. Haciéndonos cargo y responsables de las elecciones, decisiones, asumiendo así la perdida de lo no elegido.
La posibilidad de elegir el camino de nuestra propia existencia (esperanza) nos llena de angustia y al mismo tiempo sin ese desasosiego existencial (angustia) no se generarían las condiciones de posibilidad de elegir (esperanza).
«Si hay esperanza es porque hay angustia y si hay angustia es porque hay esperanza.»
Equipo PiN ©️ Isabel Muñoz
Destellos Clínica Gestáltica. Etiquetas

Es mejor quedarte con la imposibilidad de explicar algo que poner rápidamente etiquetas.
Imagen: Obra de la Artista Ester Aragonés Alberich