DECALAGE
En su significado más general el concepto de decalage en Piaget (literalmente en francés desconexión o discordancia) se refiere al hecho de que con frecuencia se ven desarrollos cognoscitivos semejantes que tienen lugar en diferentes edades del periodo ontogenético.
En cinematografía, describe la distancia que separa el sonido de la imagen (un retraso).
El psicoterapeuta tanto por su presencia como por sus intervenciones, introduce sin cesar un desequilibrio en la representación (función personalidad) de la experiencia solidificada que trae el paciente. Así que la terapia podría ser una deconstrucción de la experiencia, o la deconstrucción de la experiencia una forma de terapia. Aquí es donde tiene sentido el decalage.
Nuevamente el aquí y ahora, la experiencia real en curso como fondo donde se produce esta forma. El decalage es una ruptura del contacto, puntual, que generalmente provoca el terapeuta cuando no está atento a la observación del aquí y ahora de la situación clínica.A veces se produce cuando el terapeuta trata de ir más deprisa de lo que la situación permite. O cuando en lugar de acompañar la formación de la figura, introduce una interpretación. También puede darse cuando el terapeuta crea él la figura para el paciente y trata de “vendérsela”. Otra posibilidad es una responsabilización prematura (generalmente acompañada de vergüenza).
El decalage es un fenómeno de frontera-contacto y puede ser observado, sin tratar de ser exhaustivo, en la modificación del tono de voz ante una intervención del terapeuta, algún movimiento corporal que invita a interpretar desasosiego, confusión, desconcierto…disminución del volumen de la voz, interrupción de lo que está diciendo, disminución de la energía…Detectar el decalage requiere una cierta intuición por parte del terapeuta (intuición como cruce entre percepción y resonancia). Una cierta sensación de inadecuación, un pensamiento de que algo no va bien.
A veces un exceso de teorías o de teoría en la mente del terapeuta impide estar atento a la realidad presente en curso con el riesgo que comporta.
El desconcierto caracteriza el decalage (desconcierto: estado de ánimo de desorientación o perplejidad. Un cierto desorden de la experiencia. El decalage no es en sí mismo un problema. De hecho en la clínica lo encontramos en el hecho de que el terapeuta raramente está allí donde se le espera, en palabras de JM Robine. Así que depende de si ha sido empleado de manera consciente o no, o con un objetivo concreto (desequilibrar las representaciones fijadas por ejemplo) o no.
El modelo de crecimiento que manejamos en Terapia Gestalt, fruto del contacto, es un tipo de decalage. Dice, R. Kitzler, el contacto es un cruce entre lo conocido y la novedad y esto siempre es desequilibrante, desorientador y desconcertante.
La prevención de este tipo de fenómeno, es la ralentización del proceso. No tratar de empujar, de completar, a veces de manera demasiado forzada una figura de contacto. Arriesgarnos a dejar que las figuras queden incompletas. Para esto el proceso de clarificación del precontacto es fundamental y requiere su tiempo.