"Los terapeutas Gestalt somos artesanos de la forma y funámbulos de la clínica."
Nieves y Pedro

Formación. “A propósito de la vergüenza”

En los últimos años han sido varios los gestaltistas que han profundizado a cerca de este concepto y cual es la manera peculiar de explicarlo desde la teoría.

Realizando una aproximación a las propuestas de los autores más próximos a la orientación de la Costa Este encontramos:

Laura Perls planteaba: “La vergüenza surge inevitablemente cuando, después de la emoción del primer contacto con cualquier experiencia nueva, tomamos consciencia de que nos falta apoyo”. Podríamos decir que la vergüenza tendría una función adaptativa que nos indica la falta de apoyo para continuar.

Otro de los teóricos de la gestalt, Jean Marie Robine  propone: “(…) la vergüenza de la que yo hablo, (…), nos remite mucho más al derecho a la existencia, al reconocimiento que yo recibo o no recibo  de lo que soy, a la posibilidad y a la legitimidad de ser lo que yo soy, de sentir lo que siento,  de desear como deseo.”. Para este autor la vergüenza surgiría con la mirada del otro que nos dice no eres lo suficientemente…

Gordon Wheeler, entre otras propuestas, dice: () la vergüenza siempre está asociada con el deseo. Es decir, cada vez que una necesidad un anhelo importante del mundo interior no encuentra ni logra una solución satisfactoria en el mundo exterior, sentimos vergüenza o humillación…, la vergüenza no es tanto la sensación de un fracaso personal (aunque desde luego lo incluye) como el afecto y la señal de un campo que se resiste a ser integrado”. 

Os recomendamos ver este corto (mientras escribía esta reseña me ha recordado Diana, una alumna de tercer ciclo), y que me parece muy acorde al tema:

https://www.youtube.com/watch?v=yzHKAvu8PJo. «La cosa perdida»

 

Imagen: Shaun Tan
Imagen: Shaun Tan

Cuando hay vergüenza, siempre hay alguien que hace o ha hecho avergonzarse y que deja al sujeto solo.

El polo de la vergüenza sería el apoyo. El apoyo se inicia con el acogimiento y el reconocimiento de lo que se presenta en la experiencia con el otro, es decir, de lo que es tal y como es y no tal y como yo quisiera que fuese.

Una de las maneras más frecuentes de deshacerse de la vergüenza radica en avergonzar al otro.

La vergüenza es un sentimiento que nos informa de lo que está ocurriendo en el momento presente entre organismo y entorno. En principio no es ni buena ni mala.

Vergüenza y culpa, se nos presentan a menudo muy cercanas. Un pequeño apunte para la reflexión. La culpabilidad implica un acto que requiere el castigo habida cuenta de una ley o norma interna, mientras que la vergüenza remite a ciertas cualidades de la identidad que han sido puestas en tela de juicio. El sentimiento de culpabilidad está vinculado al acto, mientras que el sentimiento de vergüenza está vinculado al ser.

En la culpabilidad, el sujeto ha cometido una falta con respecto al prójimo y espera la sanción. Una vez pronunciada la sanción y la falta expiada, el sujeto queda liberado y hasta puede pensar en la reconciliación.

En la situación de vergüenza, el sujeto no es lo que debería ser y si hay amenaza de castigo, es la de una privación emocional de tal manera que `pueda poner en desequilibrio la integridad del sujeto. La vergüenza es la angustia de la soledad total.

La culpabilidad puede ser expiada; la vergüenza no puede ser más que negada o disimulada.

El próximo fin de semana exploraremos este tema con nuestras alumnas de primer ciclo.

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